Friday, May 15, 2009

ME DEJO MI AMANTE






Recuerdo sin llorar a los viejitos, habían volado a Madrid y estábamos en el piso de la calle Pío XII donde meses atrás me habían refugiado para salvarme de todo mal, la noche anterior por teléfono les confirmaba lo no deseado por ellos, allí estaban, les corrían lágrimas por sus arrugados y lavados rostros, él miraba al cielo de Madrid en julio y en silencio rezaba porque no llegara el día 18 de julio, que no amaneciera, él también pensaba como ella, me pedían que no partiera, que no los abandonara, que lo pensara bien, que me amaban como un hijo, que iba a un país desalmado, donde la gente era enloquecida y donde podía terminar mi vida abruptamente, yo oía pero no escuchaba, los miraba pero no los podía ver, era un animal salvaje sin colmillos. Salí mal hijo
Nunca les dije que tenía amante secreto y no abandonaría a mi amor.
Resignados a mi silencio y amorosos como siempre, los viejitos me besaron en la frente y nos abrazamos como si hiciéramos un pacto de sangre, me dolían, sufría, no sabia si los volvería a ver, me sentía como una rata de sacristía , un mal agradecido que los hacía sufrir .
Me iba a los Estados Unidos, de nuevo obedecía a mi amante, mi cómplice que no le importaba mi sacrificio porque el amor es ciego.
Empezaríamos de nuevo, yo con otra herida en mi cuerpo renunciaba a todo después de ser cuidado por esos viejitos como sangre de su sangre, protegido al máximo por esa pareja diminuta de viejitos encorvados, piadosos, inmensamente ricos pero muy pobres porque nunca recibieron la bendición de traer al mundo un hijo que irónicamente un refugio para desamparados de la Cruz Roja les había dado , me rebelaba y los abandonaba después de rescatarme, alertados por un seminarista catalán que al verme bajo custodia de la Cruz Roja me ofreció consejos pensando que era un adicto a las drogas y que no tenía casa ni quien me quisiera en el mundo, ellos me sacaron de allí.
Javi les había comentado, alertado que había un cubanito perdido en Madrid, llegaron al lugar se reunieron con el trabajador social y me fui inocentemente con ellos, ya comenzaba a sentir miedo rodeado de tanta gente enferma y que no entendía.
Sentí el amor de padres por primera vez en largo tiempo, era adoptado por la bondad desbordada de Pili y Pablo que lloraron de tristeza al saber que mi madre estaba en Cuba y que la ultima vez que la había visto era un diminuto punto negro que se movía corriendo por el malecón de la Avenida del Puerto agitando las manos diciendo adiós a un barco enorme donde yo era un punto en medio de una multitud juvenil que salía por la bahía de La Habana rumbo a lo que todavía era la Unión Soviética, era época de carnavales y llovía, el agua era caliente, pensé en las lágrimas derramadas por mi madre y llore, pero jure que nunca mas regresaría a Cuba
Pili y Pablo se despidieron, no quisieron ir a despedirme al aeropuerto de Barajas quizás para no sufrir como mi madre tiempo atrás en La Habana
Mi amante lo veía todo, sabía lo que había en mi mente, conocía mi espíritu rebelde, sentía como yo que era hora! Como explicaría a mi amante que no seguiría sus pasos? Como decirle no a quien me impulso a burlar a los comunistas, caminó conmigo bajo la nieve largas millas cruzando fronteras para llegar a un país seguro y de ahí iniciar la aventura máxima de un hombre? Después de dormir enroscados uno dentro del otro en la estación central de trenes de Amsterdam por mas de un mes en un lugar distinto cada noche para no llamar la atención de la policía.
Yo estaba renunciando a todo por ella, mi amante era LA LIBERTAD, que tan pronto pisé América decidió abandonarme sin explicación, quizás porque no le gusto mi riqueza y vió que pobre me sentía.
Regresé a Madrid en varias ocasiones: siempre, allí estaban, me esperaban mis viejitos, mis padres Pili y Pablo, volvía a vivir en el piso de la calle Pío XII, el apartamento de mis viejitos que me salvaron de todo mal, han pasado dos décadas y muchas veces a solas lloro porque mis viejitos murieron, mi amante me dejó, necesito de nuevo la motivación de la libertad y Madrid para mí no es el mismo porque ahora soy yo el que llora ante sus tumbas y hablo bajito con ellos para que otros dolientes no piensen que estoy loco.
Me siento viejito.

2 comments:

  1. Jorge, amigo, me llegó tu dolor, me llegó tu frustración, me llegaron todas tus pérdidas, la de tu madre, la de tus viejitos, la de tu amante, porque ese dolor tuyo, es como un denominador común que se ha esparcido por el mundo, oculto en el alma de cada cubano exiliado que merodea en los más insospechados rincones del planeta, vagando tras esa amante intangible que se niega a ser alcanzada.

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  2. ¡Ay Jorgito!, como escribe Zenaida Bacardi: ¡Qué temprano tuvimos que despertar a la vida! A qué corta edad nos desataron los amarres de nuestra patria… Y de esos nidos soleados, tibios, fáciles, risueños y alegres, nos pusieron a navegar en países inmensos, oscuros, difíciles, hostiles, desconcertantes. Más que captar la magnitud de nuestra tragedia, la presentíamos, y más que abarcar el concepto de patria, la llorabamos. No con lágrimas de niños que cosquillean el alma, sino con lágrimas de hombre hecho de golpe, que estrujan el corazón.

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